Traumas infantiles

Cuando era pequeño, algunos os acordareis de que solíamos jugar en un patio lleno de tierra (los que no estuviesen presentes que se lo imaginen, que algo parecido habrán hecho, y si no... pues lo que os habéis perdido!!). Bueno, el caso es que cuando llovía el barro le daba un toque distinto a la rutina recreativa: Surgía el "jugar con el barro", castillos, bolas, tuneles, hoyos... pero todo llevaba a lo mismo: ponerse de barro hasta las trancas y llevarse la bronca en casa.

Pues ahora me he hecho mayor y por causas del clima he descubierto que aún disfruto del barro. Como, aunque llueva, el mundo no se para, pues llueva o no uno va a correr o a montar en bici o incluso a la escuela; hay casos de gente que, aunque llueva, sigue yendo a trabajar(va por alguno que sé que le tiene fobia a la lluvia...y el sabe quien es, jajaja). Y como cuando llueve las aceras y el asfalto resbalan hay que buscar tierra, mas bien lodo. Para eso, tengo la suerte de vivir cerca de la Casa de Campo y de eso tiene un rato. El resultado de sucesivas salidas se explica solo viendo las fotos.

La ultima foto tiene su explicación. Aparentemente no están muy sucias las zapatillas, pero es que se quedaron así después de frotar con un cepillo durante 15 minutos a cada zapatilla!! Ahora comprendo porque de pequeño mi madre siempre me regañaba; le tocaba limpia mi "diversión" ahora uno se hace mayor y si quiere disfrutar como un enano debe asumir que después vuelve a ser mayor.